Cuando celebramos un evento sostenible, debemos de asegurarnos de que se ha aplicado correctamente la estrategia de sostenibilidad, porque de no ser así corremos el riesgo de generar una mala imagen del evento y de la sostenibilidad que en el queríamos transmitir.
Es habitual ver cómo algunos eventos presumen de sostenibilidad sólo porque permiten que alguna ONG reparta folletos a la entrada, o porque el agua caliente de los vestuarios funcione con un panel solar, o porque han puesto contenedores para recogida selectiva de residuos. ¿Realmente es esto un evento sostenible?, esa es la duda que muchas veces nos asalta.

Poner en marcha ciertas medidas de gestión medioambiental no es gestionar la sostenibilidad de un evento, ni mucho menos constituye una estrategia de sostenibilidad.

¿De qué sirve poner un panel solar para el agua caliente de los vestuarios si luego no hemos planificado la movilidad de toda la gente que acude al concierto, y cada uno va en su propio coche, emitiendo su propia “ración de CO2”?.
¿De qué sirve que un ONG reparta folletos para respetar los derechos de personas inmigrantes si luego la organización del evento permite que las bebidas las sirvan personas si un contrato laboral?.
¿De qué sirve que pongan contenedores para reciclar los vasos de plástico, si el consumo de vasos de plástico se debería haber minimizado antes que nada?
No queremos decir con esto que todos los eventos sostenibles estén mal organizados o no tengan una estrategia de sostenibilidad bien definida, sino que a veces estos no se organizan ni planifican en base a una evaluación previa de los auténticos impactos para la sostenibilidad que causa el evento.
El primer paso para que un evento tenga bien definida una estrategia de sostenibilidad es realizar una evaluación de los “impactos en la sostenibilidad”, en la que se evalúen cuáles son los aspectos medioambientales, económicos, sociales y culturales que de manera negativa afectan a la sostenibilidad en cada etapa del timing del evento. Bueno, dicho así la verdad es que nos ha quedado un párrafo un poco “denso”. Intentemos aclarar un poco más el concepto.
Estrategia de sostenibilidad, un factor importante en los eventos sostenibles
Estrategia de sostenibilidad, un factor importante en los eventos sostenibles
¿Qué son PUNTOS CRÍTICOS PARA LA SOSTENIBILIDAD?. Son aquellos momentos del timing del evento sostenible (montaje, recepción de visitantes, clausura, desmontaje, etc) en los que por alguna razón, se produce una operación o se da alguna situación en la que se “erosiona” la sostenibilidad del evento de manera negativa.
Ejemplos:
el empleo incontrolado de productos químicos peligrosos durante la limpieza del emplazamiento.
la emisión de gases de combustión de vehículos que aparcan en las inmediaciones del evento.
las molestias a la población local de una acampada libre asociada promovida por el evento.
-  la generación de residuos orgánicos durante las tareas de catering.
el consumo de agua de una fuente de decoración.
el almacenamiento de combustibles para grupos electrógenos que emplea el evento.
el consumo de materias primas en el catering importadas de otros países, y que muy bien podrían tener origen local.
¿Cómo se detectan estos puntos críticos cruciales para elaborar la estrategia de sostenibilidad?.
Determinado el timing del evento, analizamos con detalle las entradas que hay para cada una de las etapas. Algunos ejemplos de entradas son:
- entradas de material que hay (combustibles, materiales, decoración, sustancias peligrosas, etc).
- consumos de energía (donde se consume y en qué cantidad).
- trabajadores (analizar si tienen contratos y medidas de PRL, por ejemplo).
- transporte de materiales, de trabajadores o de público (para analizar - movilidad asociada al evento).
- materias primas para catering (origen, si son ecológicas, cómo se han obtenido, etc).
Una vez conocidas las entradas que intervienen en cada etapa del timing, procedemos a estudiar las salidas de la etapa. Algunos ejemplos de salidas son:
residuos.
vertidos.
emisiones.
ruidos.
riesgos para la fauna local.
molestias a la población.
contaminación cultural de la población local que pueda comprometer la identidad local de la zona.
De esta manera, y con este detallado análisis seremos conscientes de cuáles con los impactos realmente importantes para nuestra estrategia de sostenibilidad.
Pero faltaría un último paso que dar. Este análisis nos va a indicar cuáles son los impactos que el evento produce en el entorno social y ambiental que lo rodea, pero no nos va a decir que impactos son más graves y cuáles son más insignificantes para nuestra estrategia de sostenibilidad.
Por ejemplo, de cara a la estrategia de sostenibilidad, ¿qué es peor tirar papel al suelo o verter gasóleo a un prado cercano?....pues……DEPENDE!!!, y  “¿de qué depende?”. Continuando con el ejemplo, si en nuestro evento se generan 5000 kilos de papel susceptible de convertirse en residuo y quedar esparcido por las calles aledañas al evento, y sólo 20 centilitros de gasóleo se derraman de un grupo electrógeno que hemos instalado para que funcione la iluminación del escenario, y está cerca de un prado de hierba que no tiene ninguna importancia desde un punto de vista ecológico, VAYA!, a mi me gustaría evitar ambas cosas, pero si tuviera que elegir, prefiero dedicar más esfuerzo-tiempo-dinero evitar lo del papel, por la magnitud que tiene. Pero si el gasóleo se derrama en un prado por donde pasa un arroyo que está habitado por una especie endémica de anfibio, pues la cosa cambia.
Comentamos esto porque cada impacto que detectemos estará condicionado por al menos tres factores: su magnitud (o cantidad), su peligrosidad (o capacidad de afección al medio natural, a la población local o al patrimonio cultural) y su probabilidad de causar un perjuicio tangible al entorno.
Entonces, el último paso para confeccionar la estrategia de sostenibilidad del evento, que debemos dar consiste en PONDERAR el grado de impacto en la sostenibilidad de cada uno de los puntos críticos detectados, en base a su magnitud, su peligrosidad y su probabilidad de causar un perjuicio.
Para ello usaremos tablas de baremación parecidas a las empleadas en evaluación del impacto ambiental. Una vez hemos hecho esta ponderación, podremos saber que puntos críticos tienen un grado de impacto ALTO, cuáles MEDIO y cuáles BAJO.
A partir de aquí, todo es coser y cantar (o casi). Sabiendo dónde tenemos que actuar y qué es más importante, podremos establecer con criterio y rigor un PLAN DE SOSTENIBILIDAD A MEDIDA DEL EVENTO, en donde apliquemos el esfuerzo necesario para corregir lo que realmente lo hace poco sostenible. Esto es garantía de un evento sostenible.
CONCLUSIÓN: una cosa es aplicar sin ton ni son “recetas estándar  de sostenibilidad sin saber si son las adecuadas al evento (lo que está pasando en muchos festivales de música), y otra muy distinta es analizar realmente donde están los problemas de sostenibilidad que, como gestores del evento, debemos de solucionar primero a través de una estrategia de sostenibilidad.